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Juramentación de Donald Trump: "A partir de este momento, el declive de Estados Unidos se acabó"

  • Writer: Equipo de Redacción - Edición Estelar
    Equipo de Redacción - Edición Estelar
  • Jan 20
  • 3 min read

Updated: Jan 23


Crédito Imagen: facebook.com/DonaldTrump
Crédito Imagen: facebook.com/DonaldTrump

El 20 de enero de 2025, Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos por segunda vez, marcando el inicio de una nueva era política en el país. La juramentación, celebrada en el Capitolio de Washington, fue un evento que no solo convocó a miles de seguidores, sino que también captó la atención de los medios y observadores internacionales, ansiosos por entender qué rumbo tomará la nación bajo su liderazgo renovado.


En un discurso cargado de convicción y determinación, Trump inauguró su segundo mandato con una declaración contundente:


"A partir de este momento, el declive de Estados Unidos se acabó".

Con estas palabras, el presidente se comprometió a revertir las tendencias que, según él, habían debilitado la posición global de la nación en los últimos años. Para muchos de sus seguidores, estas palabras fueron la reafirmación de su promesa de restaurar lo que describió como la grandeza perdida del país.


Trump, fiel a su estilo directo y a menudo polarizante, señaló que su administración se centraría en la revitalización de la economía, la defensa de los valores nacionales y la confrontación directa con aquellos países y fuerzas que percibía como amenazas. En este contexto, la frase


"La era de oro de Estados Unidos comienza ahora"

resonó como una promesa de renacimiento, en la que el país, según él, se preparaba para ocupar un lugar aún más preeminente en el escenario mundial.


Un mensaje de excepcionalismo estadounidense

El tono de su discurso estuvo marcado por un fuerte énfasis en el excepcionalismo estadounidense.


"Estados Unidos será más excepcional que nunca",

afirmó Trump, sugiriendo que bajo su liderazgo, el país no solo volvería a ser una superpotencia global, sino que se elevaría aún más en influencia, poder y prestigio. Esta visión de un Estados Unidos fortalecido resonó con sus bases, que lo vieron como un líder dispuesto a desafiar las normas tradicionales de la política internacional y a priorizar los intereses nacionales por encima de todo.


En su alocución, Trump también prometió que su gobierno trabajaría incansablemente para mejorar las condiciones de vida de los estadounidenses. De esta manera, el nuevo presidente parecía lanzar un desafío tanto a los críticos que lo acusaron de populista como a aquellos que, en su opinión, no lograron defender los intereses nacionales en el pasado.


La respuesta interna y externa

La juramentación de Trump no fue solo un momento de celebración para sus seguidores, sino también un punto de fricción con aquellos que se oponen a su figura. Desde su llegada a la Casa Blanca en 2017, Trump ha polarizado a la sociedad estadounidense, y esta vez no fue diferente. Las tensiones sociales y políticas, exacerbadas durante su primera administración, continúan siendo un tema central en el país.


Sin embargo, la respuesta internacional fue igualmente variada. Mientras algunos gobiernos aplaudieron su enfoque de "América Primero", otros mostraron inquietud ante el tono confrontativo de su política exterior. El futuro de acuerdos internacionales sobre cambio climático, comercio global y derechos humanos podría verse afectado por la renovada postura de Trump, lo que podría tener implicaciones significativas para la diplomacia global en los próximos años.


Reflexiones finales

La juramentación de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2025 marca el inicio de un nuevo capítulo en la historia del país, uno que está definido por una visión de fortaleza y excepcionalismo. Sus palabras, "la era de oro de Estados Unidos comienza ahora", dejan claro que está decidido a dejar una huella indeleble en la nación y en el mundo. Con promesas de restaurar el poder económico, militar y diplomático de la nación, Trump plantea una visión audaz de un futuro en el que Estados Unidos será más fuerte, más independiente y más influyente que nunca.


Sin embargo, el camino hacia la realización de estas ambiciosas promesas no estará exento de desafíos. La polarización interna, los conflictos internacionales y las dificultades económicas podrían poner a prueba la capacidad de su administración para cumplir sus objetivos. A medida que su segundo mandato avance, la atención del mundo estará centrada en si Trump puede realmente lograr lo que promete, o si la "era de Estados Unidos" que anticipa será, en última instancia, más un ideal que una realidad tangible.

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