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Tensión y Diplomacia: Las Políticas de Deportación de Trump en América Latina

  • Writer: Cathy Montano
    Cathy Montano
  • Jan 27
  • 2 min read

El domingo, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles y sanciones masivas a Colombia después de que su presidente, Gustavos Petro, rechazara dos vuelos de repatriación que transportaban inmigrantes indocumentados de regreso al país.
El domingo, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles y sanciones masivas a Colombia después de que su presidente, Gustavos Petro, rechazara dos vuelos de repatriación que transportaban inmigrantes indocumentados de regreso al país.

En los últimos días, las decisiones de la administración de Donald Trump respecto a las deportaciones han generado reacciones mixtas en América Latina, particularmente en Colombia y México. Estas medidas, marcadas por amenazas de sanciones económicas y la exigencia de cooperación para recibir ciudadanos deportados, han puesto de manifiesto la complejidad de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y los países de la región.

Colombia y el pulso diplomático con Estados Unidos



El presidente de Colombia, Gustavo Petro, inicialmente negó la entrada de vuelos con migrantes deportados en aviones militares estadounidenses, lo que desencadenó una respuesta contundente por parte del expresidente Trump. Este amenazó con imponer un arancel del 25% a los productos colombianos y suspender la emisión de visados para funcionarios del gobierno colombiano.


Sin embargo, tras negociaciones, Petro aceptó recibir a los deportados, priorizando la estabilidad económica de Colombia, cuyo principal socio comercial es Estados Unidos. En declaraciones recientes, Petro enfatizó: “Nuestra soberanía es fundamental, pero también debemos considerar las implicaciones económicas de nuestras decisiones. Este acuerdo es una solución pragmática para mantener relaciones diplomáticas estables”.

La decisión de Petro ha sido recibida con críticas y elogios dentro del país. Mientras algunos sectores consideran que ceder ante las amenazas socava la autonomía de Colombia, otros destacan que evitaron un potencial daño a la economía nacional.




México y el constante flujo migratorio

En México, la presidenta Claudia Sheinbaum informó que el país recibió a 4,094 personas deportadas durante la primera semana del segundo mandato de Trump. Aunque la mayoría de los deportados eran ciudadanos mexicanos, también se incluyeron personas de otras nacionalidades que habían transitado por territorio mexicano hacia Estados Unidos.


Sheinbaum destacó que no ha habido un incremento notable en las deportaciones respecto a administraciones anteriores y subrayó la importancia de manejar la situación con diplomacia. “Seguimos trabajando para garantizar los derechos humanos de los migrantes deportados, mientras mantenemos un diálogo constructivo con Estados Unidos”, declaró.


México también ha intensificado sus esfuerzos para proporcionar apoyo a los deportados, incluyendo programas de reintegración laboral y asistencia psicológica. La Secretaría de Relaciones Exteriores reiteró que seguirá abogando por soluciones regionales al fenómeno migratorio.


Las implicaciones de la estrategia de Trump

La postura firme de la administración Trump refleja su intención de ejercer presión económica y diplomática para asegurar la cooperación de los países latinoamericanos. Esta estrategia ha reavivado el debate sobre la soberanía nacional frente a las políticas de Estados Unidos y ha planteado preguntas sobre cómo equilibrar intereses económicos con la autonomía política.


En el caso de Colombia, las amenazas de sanciones evidencian la dependencia económica de ciertos países respecto a Estados Unidos, mientras que en México, la recepción de deportados resalta la necesidad de un enfoque integral que incluya soluciones humanitarias y de desarrollo.


A medida que la administración Trump avanza con sus políticas migratorias, la región enfrenta el reto de encontrar un balance entre la cooperación internacional y la protección de los derechos de los migrantes. La diplomacia seguirá siendo clave en este complejo escenario.


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